Por Antonio Carmona.
Desde mi punto de vista, un Satanista es cualquier persona que se siente identificada con la figura de Satán, ya sea desde una perspectiva religiosa, filosófica o literaria.
La definición es muy amplia, en efecto, tanto es así que da cabida a ese gran abanico comprendido entre Teístas y Ateístas, pues cuando hablamos de Satanismo nos hemos de acostumbrar (y yo el primero) a hacerlo en plural y entender que existen tantos “Satanismos” como Satanistas. Esto es debido principalmente al individualismo, uno de los pilares que junto con la autodeificacion, el antinomismo, la responsabilidad o a la reciprocidad, sustentan nuestra ideología.
“Satanista” aunque no está actualmente admitido por la RAE, sería un sustantivo, (un adjetivo sustantivado) donde el sufijo “ista” (del sufijo original -istés- en griego) haría referencia a “practicante de”, “partidario de” o “inclinado a” lo que expresa la misma raíz con el sufijo -ismo. Poniendo un ejemplo sencillo, un comunista es alguien que adhiere al comunismo, un satanista es alguien que adhiere al satanismo.
Pero la RAE solo reconoce la palabra “satánico” donde el sufijo griego “ICO” significa -“relativo a” Satánico es un adjetivo que se utiliza para referirse a cualquier objeto relacionado con Satán o el satanismo (en inglés, satanic -La Biblia Satánica, The Satanic Temple, Satanic Rituals… )
Sin embargo, el hecho de que la RAE no reconozca el término “satanista” no quita que sea la palabra más usada y también la más adecuada para referirse a las personas que adscriben al satanismo.
Esta explicación vendría a cuento, sobretodo, para desmentir el absurdo de que “Satanistas” son aquellos partidarios del ateísmo mientras que “Satánicos” serían los creyentes o Teístas.
No existe fundamento para tal separación o para que se piense que hay una distinción, que además no encontrareis en ningún otro idioma.
Si bien no hemos podido aún encontrar, al menos no con certeza demostrable, cuál fue la fuente de tal barbaridad, todo apunta a que debió surgir a principios de los dos mil en las primeras páginas satánicas de habla hispana que vieron la luz en internet. La web “Red Satánica” fue con toda probabilidad la cuna involuntaria de este error, dónde la aparente comodidad y facilidad de esta diferenciación errónea cuajó entre aquellos que acudían a aprender, y no supieron filtrar objetivamente entre las muchas aportaciones de calidad de aquella primera gran comunidad Satanista, y las revelaciones de los iluminados ocasionales que se daban en aquella época y se siguen dando en esta.
Un Satanista es, para finalizar, la encarnación de la figura de Satán. Es así su propio dios y maestro. Una persona que se identifica con la figura del adversario y busca el fuego de Prometeo en su interior.
Pingback: Disculpe, soy satanista - Limina Carnis