No quiero bajar nunca
No quiero volver a poner mis pies en el suelo
“Never Let Me Down Again” (Depeche Mode)
Para TanatoPolitik
Visto el bondage, las suspensiones y sus múltiples posibilidades, vamos a ver qué tipos de cuerdas se pueden utilizar para estos propósitos y cuales son más adecuadas en cada caso.
Para el bondage podemos usar cualquier cuerda. El material que escojamos irá en función de la práctica que queramos realizar y de la dinámica.
Para las ataduras de cuerpo se recomienda utilizar cuerdas de 7 a 9 metros de longitud. Para las suspensiones se suelen usar cuerdas de 9 metros de largo y entre 6 y 8 mm de grosor. Las cuerdas de 6 mm aportan más fiabilidad y son más cómodas para la persona suspendida que las de 8 mm.
Con respecto a los materiales de las cuerdas, podemos encontrar una gran variedad. Los más adecuados, para sacar el mayor partido posible a las sesiones, son:
–Cáñamo. Se trata de las cuerdas rústicas de toda la vida. En la mayor parte de las imágenes artísticas, tanto de Shibari como de suspensiones, aparecen este tipo de cuerdas. Esto es porque su carácter natural y rudo dotan a la escena de una mayor crudeza.
No obstante, la cuerda de cáñamo no es la más adecuada para muchas prácticas. En primer lugar, porque en el Shibari tradicional no se usa esta cuerda, sino el yute. Por otro lado, esta cuerda es rasposa y actúa como una lija. Pica y puede causar rozaduras, quemaduras, hematomas y llegar, por consiguiente, a doler. Si esto último es lo que se pretende, esta es una buena elección.
Hay métodos de tratamiento para suavizar las cuerdas de cáñamo, pero no merece la pena, teniendo en cuenta los diversos tipos de material en el mercado.
Las cuerdas de cáñamo son también más rígidas que las cuerdas de algodón y las sintéticas.
Además, este material se daña más fácilmente que otros. No son recomendables a no ser que sea para una sesión de bondage en el que se quiera causar deliberadamente daño al sumiso.
Una ventaja de este material es que se pueden lavar sin que pierdan rugosidad o que se dañen.
En definitiva, si eres principiante, no usaría estas cuerdas para empezar. Están muy bien para sesiones en las que se quiera torturar al sumiso o darle una mayor crudeza escénica.
–Yute. Es el material que se utiliza originalmente en Japón para el Shibari. Son más resistentes que las cuerdas de cáñamo y suelen ser más baratas. Se parecen mucho visualmente a las de cáñamo, pero no son tan rasposas. No obstante, hay muchas personas a las que este material les causa eccemas. Presentan la misma rigidez que las de cáñamo, pero no son tan lesivas.
–Algodón. Se trata de la cuerda más común. Es la más barata y la más sencilla de usar y mantener. Es la mejor para comenzar las prácticas de ataduras, ya que los nudos se desplazan más difícilmente con este material y lo hace más seguro. Además, la textura es suave y causa menos quemaduras y lesiones que las de cáñamo o yute (no obstante, con el sudor, y si el sumiso se mueve, la rozadura está garantizada).
Las hay de muchos colores y pueden ser de ayuda para montar una escena bastante estética.
Una de las desventajas de las cuerdas de algodón es que no son adecuadas para las suspensiones porque no son muy resistentes y pueden resultar peligrosas.
– Nylon. Su principal ventaja es que duran mucho, son muy resistentes y son fáciles de lavar. También las hay de muchos colores.
Son cuerdas de material muy suave, así que son perfectas si quieres hacer una sesión “delicada” para el sumiso. Algunas texturas parecen de seda.
El inconveniente es que no son adecuadas para suspensiones.
Para terminar, se mencionará a la emperatriz de las cuerdas: La cuerda de coco.
–Fibra de Coco. Este material es canela fina. Casi un fetiche. Desde mi ver, las ataduras de esta cuerda tienen un único fin, que es provocar quemaduras y daños al sumiso, es decir, dolor.
Obviamente, no se recomiendan para suspensiones, ya que las lesiones pueden resultar peligrosas y no se trata, por consiguiente, de una práctica en absoluto segura.
Estas cuerdas garantizan que el sumiso se quede inmovilizado por completo, ya que el contacto de este material con la piel es tan sumamente doloroso que, tras unos segundos atado, el sumiso desistirá de realizar cualquier tipo de movimiento.
Visualmente tiene un aspecto muy áspero y en su práctica no decepciona, pues, en la realidad, gana en inclemencia. Para los que conozcan el dolor y hayan sido sometidos con este material, su mera visualización provoca miedo. La cuerda de coco es lija trasformada en instrumento de atadura. Quema, raspa y roe. Directamente, desuella la piel.
Desconozco cuál es el fin industrial o la empresa, que imagino que la hay, de las cuerdas de coco en un ámbito diferente al del BDSM. Ciertamente, si únicamente sirviesen para el fin sexual, su creación no podría sino partir de una mente de un sadismo inconmensurable.
Si se opta por este material, suerte.
Visto los tipos de cuerdas más frecuentes, únicamente hay que elegir cual se adapta mejor a la sesión que se tiene en mente. No obstante, lo más adecuado es ir probando diferentes materiales para conocer el efecto de cada uno y así poder seleccionar debidamente en cada caso.
Por último, recordar que, cuando se usen cuerdas, SIEMPRE se deben tener cerca y accesibles unas tijeras de punta roma, con el fin de evitar accidentes. Si surge algún inconveniente o incidencia en la sesión, puede que desatar el nudo sea dificultoso, además del tiempo que supone realizar esta tarea, que puede ser extenso en el caso de una urgencia. Por ello, lo correcto es cortar la cuerda directamente, sin ni siquiera plantearse ponerse a desatar al sumiso. Esto puede ser una negligencia que conduzca hacia la catástrofe. No deben usarse unas tijeras normales, sino siempre de punta roma, ya que los percances son amigos de las prisas y apremios, y es posible que, al utilizar unas tijeras normales, se pinche o corte la piel del atado además de la cuerda. Por ello la importancia de que las cuerdas siempre vayan acompañadas de tijeras romas.