Roles y su importancia en el protocolo del BDSM: Dominantes, sumisos y switch

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Los ritos son necesarios (El Principito)

El BDSM y el protocolo son dos conceptos íntimamente unidos. Cierto es que, con el paso de los años, el ceremonial D/s se ha ido relajando y flexibilizando, pero aun hoy sigue siendo un pilar fundamental donde se asientan las bases de la práctica.

Con protocolo entendemos, por lo general, el conjunto de reglas de cortesía en las relaciones interpersonales que han sido establecidas por costumbre. En el caso del BDSM, tanto por su naturaleza, como por el contexto sociocultural al que ha tenido que enfrentarse durante décadas, este protocolo no ha sido establecido tanto por costumbre como por necesidad.

Debemos tener en cuenta que el término “BDSM” es relativamente joven, ya que se acuñó en 1990, lo cual no significa que no existiera hasta ese momento, período previo durante el cual tuvo que sobrevivir sorteando marginación, repulsa, desaprobaciones y condenas (y no cadenas) que se evadieron, precisamente, por la existencia de ese protocolo, un formulismo diseñado para ubicar a cada participante en su lugar y consignar, de esta manera, la clandestinidad no solo de sus militantes sino también de su preexistencia.

El protocolo inherente al BDSM resulta, por consiguiente, parte del ritual de la práctica, siendo el rol de cada una de las partes participantes crucial. Para los profanos en la materia hay que señalar que, cuando nos referimos a rol, se trata de una inclinación hacia una tendencia u otra, ya sea esta Dominante o sumisa, y no un juego de roles de identidades.

Aunque es un tema que cualquier practicante del BDSM conoce, para los iniciados o curiosos procedemos a introducir algunos conceptos básicos sobre el BDSM. En concreto, indicaremos los tres tipos roles que componen esta sexualidad alternativa: Dominantes, sumisos y switch.

Dominante es la denominación que se usa en el BDSM para la parte que dirige la sesión. Una sesión es el nombre que se le da en el BDSM a la práctica sexual. Para referirse a los dominantes también se usan los términos Top, Dom, Master (masculino), Amo/a, Señor/a, Dominatrix, Lady (femenino) y Mistress, Dómina o Domme, que se suelen usar, generalmente, refiriéndose a una profesional. El nombre del Dom empieza siempre por mayúsculas.

Otro de los roles es el de sumiso, que es la parte que disfruta siendo sometida por el Dom en una sesión. También se denomina esclava/o, sum, submissive o bottom. Los nombres de los sumisos se escriben con minúsculas.

Por último, está el switch, que es aquel que gusta de la dominación y de la sumisión. Lo más común es que adopte un rol u otro en función de la pareja, pero hay veces en las que va cambiando (switching) los roles en la misma relación D/s. El nombre del switch puede escribirse con la primera letra en mayúscula (como en el caso del Dom) o con todas las letras en minúsculas (como el caso del sum). El modo en el que se escribe el nombre del switch dependerá del criterio del mismo. Por lo general, si es alguien que se decanta más por la dominación, escribirá su nombre con la primera letra en mayúsculas, y si es alguien que se incline más por la sumisión, puede que escriba su nombre con todas las letras minúsculas. Es posible, también, que nos encontramos a switch cuyo nombre intercale mayúsculas con minúsculas, como, por ejemplo, caradeBotón.

El modo en el que se escribe el nombre de los practicantes de BDSM es importante, ya que indica el rol que cada uno adopta y con el que se identifica. El rol en el BDSM es clave. Todo el protocolo y el comportamiento dentro de esta subcultura se sustenta en el rol de sus participantes, quedando relegado a un segundo plano el género o sexo de los mismos, ya que el BDSM es practicado por personas con todo tipo de orientaciones sexuales.

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