La creación del arte a menudo se asocia con el dolor.
Crímenes del Futuro (Cronenberg, 2022)
El bondage es una parte tan importante del BDSM que ocupa la posición de la “B” en sus siglas. La práctica de atar, por consiguiente, tiene un importante papel dentro de esta sexualidad alternativa, y su procedencia no es otra que el Shibari, que es una forma de arte japonés que consiste en la elaboración de ataduras con cuerdas o cordones. Esta representación artística ha ganado mucha popularidad en occidente y se utiliza en fotografía, performance y, además, como práctica sexual.
El Shibari no es para todo el mundo. Requiere habilidad y técnica. Hay lugares específicos donde aprender a realizarlo, ya que se trata de un procedimiento de alta ceremonia y que requiere unas rígidas medidas de seguridad.
La diferencia entre el Shibari y el bondage occidental no solo radica en la expresión artística inherente al primero, sino que los objetivos son diferentes. En lo que respecta al bondage, su fin último reside en inmovilizar, ya sea total o parcialmente, al otro, mientras que el Shibari, en función de la dinámica, puede ser una práctica inmovilizadora o no. Asimismo, el Shibari pone gran atención en el escenario y la interacción que se crea entre la persona atada, el maestro y el espectador, relación en la cual se produce una fluidez sobre determinados puntos corporales de la persona atada (positiva o negativa), relacionados con los meridianos energéticos del cuerpo según la tradicional medicina oriental.
El Shibari contempla una técnica especial llamada “kinbaku”, que implica atar las cuerdas de manera segura y suave para evitar dañar la piel o causar dolor, aunque la administración de este arte puede tener implícito el causar dolor, según la práctica que se desee establecer.
El Shibari no tiene un origen sexual ni erótico, sino marcial. Su creación se remonta al siglo XV, en la que Japón vivió un período conocido como la Era Sengoku, la cual se prolongó hasta el siglo XVII. Durante estos siglos, Japón se dividía en reinos controlado por señores feudales o daimios, que estaban continuamente en guerras y conflictos entre ellos. Esto condujo a que se desarrollasen diversas técnicas marciales, surgiendo así algunas basadas en la inmovilización del enemigo mediante cuerdas.
En el año 1603 Japón queda unificado bajo una única familia, la dinastía Tokugawa, que toma el control del resto de los clanes. Este período se conoce como la Era Tokugawa, Era Edo o el Shogunato. Esto supuso que los continuos conflictos entre clanes finalizasen, quedando los guerreros samuráis desocupados de sus funciones bélicas. Estos ciudadanos, de clase social alta, habían pasado de generación en generación, durante siglos, embebidos en continuas batallas y combates, y el arte de la guerra ocupa mucho tiempo. La Era Edo no solo trajo la paz, sino el tiempo libre para estos combatientes que, poco a poco, fue tornándose en tedio. Y es que el día tiene muchas horas, demasiadas para alguien sin ocupación alguna. Esto provocó un gran desarrollo en la cultura del país, puesto que se perfeccionó la ceremonia del té (la cual duraba casi cuatro horas), el arte de ikebana, el origami y la composición de haikus, la cual alcanzó su Edad de Oro. Pero la ceremonia del té solo se hacía una vez al día y el samurái había escrito muchos haikus cuando, en multitud de ocasiones, aun le quedaba una gran jornada por delante, que debía de emplear en algo. De este modo, los samuráis también perfeccionaron determinadas técnicas marciales. Al mismo tiempo, en el año 1542, se aprobó un código punitivo por el cual se prohibía usar la katana contra criminales y se regulaba el permiso de la utilización de cuerdas en la tortura en apresamiento. Esto condujo a que se rescatasen las antiguas prácticas marciales de inmovilización al enemigo, surgiendo así el hobaku-jutsu, cuyo objetivo era atrapar e inmovilizar con cuerdas a los delincuentes, los cuales se exponían atados en la vía pública. Según el tipo de atadura y el tipo de cuerda, se podía deducir la clase social del reo, el crimen cometido, su edad y su profesión.
El acto de inmovilización en nada se parecía a sus métodos predecesores. En ese momento, en el que el tiempo holgaba, se proyectó hacia la creación de nudos y ligaduras altamente elaboradas, en un ceremonial cuya preparación podía durar horas. Esta práctica se denominó Hojōjutsu y únicamente podía ser ejecutada por un samurái. Se constituía por etapas, de tal modo que primero se inmovilizaba el tronco, luego las nalgas y el vientre y, por último, el cuerpo en su conjunto. El ritual debía seguir tres normas inviolables:
-El prisionero no debía sufrir daños permanentes.
-El prisionero no debía ser capaz de escapar.
-Nadie que no fuese samurái podía presenciar la aplicación de la técnica.
Fue a finales de la Era Edo cuando se tiene la primera constancia de la aparición del Shibari, derivado del Hojōjutsu y utilizado con fines eróticos. En concreto, se produce en el castillo de Matsumoto, donde aparecen dibujos que ilustran el paso del Shibari de técnica marcial y de tortura a práctica de refinada sensualidad.
Actualmente, el Shibari se realiza como práctica sexual y/o estética y, aunque relacionado íntimamente con el BDSM, en muchas ocasiones se desvincula de este en su faceta más artística.
Las ataduras suelen emplear cuerdas de 7 u 8 metros, aunque también se utilizan puntualmente cuerdas más cortas o más largas. Generalmente, el material elegido es de fibras naturales (cáñamo, yute, coco o arroz, entre otros). La palabra japonesa asanawa, empleada a menudo por atadores japoneses, se refiere a cuerdas de fibra natural, sin hacer distinción entre cáñamo y yute.
El tipo de atadura que se práctica en el Shibari suele seguir un patrón específico. Los más comunes son:
–Takate Kote o Gote: Se basa en un patrón frecuente empleado a menudo como base de la atadura. Abarca la parte superior del torso inmovilizando los brazos, generalmente tras la espalda.
–Kikkou: Es un modelo con formas hexagonales (similares a un caparazón de tortuga) en la parte delantera del torso.
–Hishi: Se trata de una atadura con formas romboidales. Es quizás el patrón más conocido y utilizado en el Shibari.
–Matanawa: Es la atadura que se centra en la parte genital.
–Ebi: Literalmente, atadura de la gamba. Se trata de conseguir una posición sentada de loto con la espalda muy curvada sobre las piernas.
–Tazuki: Es un tipo de atadura que conforma un arnés corporal cruzado en forma de “X”.
–Tsuri: Cualquier atadura que implique la suspensión corporal.
–Teppou: Atadura por la que se colocan los brazos siguiendo una línea diagonal.
–Gote Gasshou: Atadura con las manos en la espalda en posición de plegaria.
Como toda práctica con cuerda, el Shibari, al igual que el bondage, requiere un conocimiento y una habilidad, así como una serie de precauciones, que permitan que la sesión sea segura y satisfactoria para todas las partes implicadas.