Fotógrafo: José Luis Lorenzo
Bakushi: Antonio Shibarita
Una persona que se siente culpable, se convierte en su propio verdugo.
Séneca
La caída post sesión de los dominantes es un fenómeno similar al que le ocurre a los sumisos, ya que la caída post sesión no entiende de roles.
Hay algunos ámbitos en los que el DOM-DROP se considera tabú, puesto que puede ser considerado como una debilidad en el Dom, lo cual no deja de ser un absurdo.
El fenómeno de la caída del Dominante se produce por los mismos motivos que el de la caída del sumiso. El subidón de neurotransmisores y hormonas liberadas en la sesión se sucede por un bajón.
El síndrome del Amo tiene, además, un añadido que lo diferencia de la caída del sumiso, y es el sentido de culpa de haber sometido a otra persona. Esta sensación ocurre aunque el Dom sea sádico y, obviamente, aunque sepa con total seguridad que la sesión ha sido del disfrute de ambos.
Asimismo, el síndrome del Amo se acentúa si su sumiso ha pronunciado la palabra de seguridad, dado que se percibe como si su práctica hubiese sobrepasado la tolerancia del sumiso o que no hubiese medido bien su destreza.
Este síndrome, al igual que el Sub-drop, es más común en iniciados. Es necesario comprender que este tipo de sexualidades alternativas han estado condenadas durante toda la historia de la humanidad. Por tanto, por muy clara que se tengan las ideas, las preferencias y las filias, algún resquicio de “estar haciendo algo mal” queda en el instinto de todos. De este modo, es posible que nos replanteemos la situación, de sí estamos haciendo algo mal o de si lo que hacemos es una locura. Daos cuenta de que pegar o hacer daño deliberadamente a nuestra pareja no está muy bien considerado socialmente. Y, sacado de contexto, pues se traduce en ser poco menos que un villano maltratador y agresor.
En este punto, me gustaría atender a la similitud de esta situación con el Solve et Coagula. Las caídas post sesiones provocadas por factores puramente psicológicos, y no fisiológicos, tienen su base en lo aprendido, en la percepción del bien y del mal y de lo correcto o incorrecto. Por ello, para evitar estas situaciones, es necesario deshacer lo aprendido para construir de nuevo sobre ello.
El Dom debe comunicarse con su sumiso y hacerle saber lo que le ocurre. Esto no es motivo de debilidad ni de vergüenza y tampoco de falta de autoridad.
Tu sumiso no va a creer ni pensar que eres más débil por experimentar estos sentimientos. Tampoco tu autoridad se verá mermada por ello. En realidad, ocurre lo contrario. Manifestar lo que sientes es un acto de sinceridad que tu sumiso agradecerá, al igual que el gesto de haber contado con su confianza. Una persona débil es aquella que se calla, por vergüenza o por pudor. Este tipo de gestos son con los que un Dom se gana el respeto de su sumiso y, por consiguiente, la ponderación de su autoridad.
En los casos de experimentar el síndrome del Amo, este debe de recurrir al aftercare. El sumiso debe ayudar a su Dom en estas situaciones.
Un buen modo es permanecer con el Dom, tras la sesión, para aliviar la culpa. El tipo de cuidado va a depender de la persona, pero son similares a los que un sumiso necesita.
Como comentábamos, muchas veces ni la propia persona sabe qué necesita. En estas situaciones, es muy útil preguntar directamente: “¿Cómo puedo serte de ayuda?”, “¿qué te gustaría que hiciese para que te sintieses mejor?”. Muchas veces, el otro solo necesitará ser abrazado. Otras veces, una cerveza y, por supuesto, hablar de la sesión. Es importante que se comenten las cosas que más han gustado a cada una de las partes y expresarle al otro las cosas que más le han agradado de su práctica.