En el amor desinteresado de un animal, en el sacrificio de sí mismo, hay algo que llega directamente al corazón del que con frecuencia ha tenido ocasión de comprobar la amistad mezquina y la frágil fidelidad del Hombre natural
El Gato Negro (EDGAR ALLAN POE)
La caída post sesión es un fenómeno que puede experimentar cualquier practicante de BDSM, independientemente del rol que asuma. Consiste en un derrumbe físico y/o emocional tras la sesión. La caída post sesión del sumiso también se denomina subdrop.
Este fenómeno aparece como respuesta tras la experimentación de un nivel extremo de actividad sexual. En el caso del sumiso, este abatimiento se ve influido por la entrada en el subespacio (si es que la ha experimentado). El subespacio, sumado al subdrop, puede afectar de diferentes modos, según la persona o la experiencia vivida en la sesión. De este modo, puede que el subespacio psicológico anule totalmente la caída emocional. Asimismo, es posible que el subdrop incremente su intensidad como contrapartida a la gran carga emocional que la sesión puede implicar. Es decir, después de un gran “subidón” aparece un gran “bajón”.
La caída post sesión se experimenta de modo diferente según la persona. Algunos sumisos lo describen como perturbación, tristeza, soledad, negatividad o decaída del ánimo. Otros describen acusar un bajón físico.
Este estado se debe de comunicar al Dom, el cual tiene el deber de aplicar una serie de cuidados post sesión (aftercare).
Los cuidados post sesión son todas las atenciones, tanto físicas como psicológicas, que el Dom proporciona a su sumiso después de una sesión. El fin de este procedimiento es minimizar el posible impacto de una sesión, haya o no caída post sesión. Es un proceso que se debe llevar a cabo siempre por el Dom tras una sesión.
Los cuidados post sesión más comunes son: acariciar, abrazar, calentar o calmar al sumiso. Pero cada persona tiene sus necesidades o cuidados preferidos.
Pero en el caso de una caída post sesión, los aftercare deben ser más específicos y elaborados.
El Dom tendrá que averiguar cuáles son los que prefiere su sumiso, y para ello lo más adecuado es entablar una comunicación abierta.
Pero puede ocurrir que ni el sumiso sepa qué necesita, sobre todo si es un iniciado. En estas situaciones, lo más adecuado es probar con diferentes atenciones hasta averiguar cuál es más eficaz para el sumiso.
A nivel físico se pueden realizar acciones tales como: prepararle un baño, abrazar o sostener al otro, dar un masaje, aplicar lociones calmantes en los hematomas o marcas, echarte a dormir un rato con el sumiso, ofrecerle algo de beber (como un chocolate, café o una bebida caliente o fresca), cepillarle el cabello o cuidar las marcas, por ejemplo.
A nivel verbal se pueden realizar acciones tales como: hacerle saber que está a salvo, mantener una conversación abierta y sincera, responder con calma a las preguntas que haga, preguntarle que está sintiendo y, en definitiva, ser comprensivo y hacerle saber al otro que se está disponible para prestarle el cuidado que necesite.