El texto que a continuación se presenta me lo proporcionó un ex miembro de una orden secreta: Agrupación Neo Odinista de la Senda Siniestra (ANOSS). En concreto, de su facción más activista, el Klan Klandestino (KK). ANOSS acusa el denominado Síndrome de Sunnydale, cuyo nombre proviene del pueblo en el que se desarrolla la trama de la serie televisiva Buffy, la cazavampiros, en la que las criaturas sobrenaturales se suceden de episodio en episodio de tal modo que, estadísticamente, superan a la población humana posible para ese territorio. De este modo, es probable que los integrantes de ANOSS (consciente o inconscientemente) sean increíblemente superiores a lo esperado. Es factible, por consiguiente, que el tendero que nos atiende cada mañana, cualquier vecino o muchas de las personas que comparten autobús con nosotros pertenezcan a la ANOSS, e incluso puede que esa persona sea un KK. La magia de ANOSS, en su mayor parte enfocada a la nigromancia, se recoge en El Grimorio Total, siendo los magos de la agrupación conocidos como Orden del Grimorio Total (OGT). Las líneas que a continuación se suceden son un fragmento que pertenece a uno de los volúmenes del Grimorio Total: “Cómo hacer zombis e influir sobre estos”.
Los nueve pasos del proceso de zombificación (fragmento de “Cómo hacer zombis e influir sobre estos”):
Paso 1. Los zombis no enferman. Convence al sujeto a zombificar de que la compasión y la debilidad son enfermedades.
Paso 2. Los zombis no descansan. No dejes que el sujeto a zombificar encuentre felicidad ni placer en la paz. En el caso de que el sujeto a zombificar requiera un descanso, haz que este sea corto y no largo.
Paso 3. Los zombis no sienten. Despoja al sujeto a zombificar de todo sentimiento, ya sea amor, apego, miedo, tristeza, alegría o ilusión.
Paso 4. Los zombis no piensan. No dejes que el sujeto a zombificar cambie o reflexione sobre algo. Toda decisión o creencia presente debe ser duradera y no debe estar sujeta a discusión alguna.
Paso 5. Los zombis no entienden de arte ni disfrutan de aficiones. Asegúrate de que el sujeto a zombificar no sienta interés ni placer por ningún tipo de representación artística o intelectual, ni que tenga ningún tipo de inquietud que no sea la lucha para comer los cerebros de otros y hacerlos también zombis.
Paso 6. Los zombis no dejan de luchar. Insta al sujeto a zombificar a poner siempre a prueba su fuerza y hazle creer que en ello radica el éxito. Entrena al sujeto a zombificar para que arrase con todo aquello que encuentre a su paso y hazle creer que está despejando el terreno para poder sembrar algo mejor que aquello que ha destruido. Arguye que la sangre de los vivos es un buen fertilizante para las semillas de ese algo mejor.
Paso 7. No permitas que tu zombi sea controlado por otro. Amaestra a la persona a zombificar para autodestruirse antes que escuchar o dejarse aconsejar por otra persona, ya que sería obedecer a otro y únicamente debe obedecerte a ti.
Paso 8. Los zombis están muertos. Instruye al sujeto a zombificar para que se levante tras cualquier daño físico y que no pierda el tiempo recuperándose, puesto que de nada le va a servir. El sujeto a zombificar no debe preocuparse por la vida, puesto que no está vivo.
Paso 9. Los zombis pueden ser usados y manipulados al antojo de su creador. Hazle creer que cada lesión lo fortalecerá más en lugar de dañarlo. Para ello, es útil enfrentarlo a sus miedos y hacia situaciones que pueden ser potencialmente peligrosas, como si de un logro se tratase. Así, tu zombi te agradecerá que lo pisotees o que lo trates con desprecio, ya que si lo maltratas será por su bien.