La decisión

decision

Por: Pedro Mouro, N. K.  IIIº

Maestro de Logia N. A.
Sacerdote del Adversario

Existe este lugar común en las obras de arte y la filosofía que trata ese espacio liminal en el que al ser humano le es ofrecido un pacto con las fuerzas de la Oscuridad. Lo vemos en Fausto y en El retrato de Dorian Gray, lo sentimos en las Flores del Mal, observamos la parábola descendiente que desde la gracia dibuja Lucifer en El Paraíso Perdido, lo escuchamos en las canciones de soul que hablan de los cruces de caminos de Louisiana, asistimos a su recreación en Pactar con el Diablo y hasta podemos analizar sus entrañas en el experimento psicológico del Efecto Lucifer. La imaginación humana vive embriagada por el anhelo de ese poder, esa condición maldita en que, a cambio del alma, el ser humano se ve transportado más allá de los límites de su humanidad, a vivir en los espacios liminales de la experiencia posible y que, es a su vez, el mismo hambre, poder y conocimiento que vemos reflejado en otros mitos parte del folklore, como el del vampirismo.

¿Quién de nosotros no ha soñado alguna vez, en el insomnio de la noche, con unas palabras mágicas que cumplieran sus deseos más profundos? Pero, ¿cuántos de ellos han persistido en su deseo cuando el día regresó?

La vida es de por sí un terreno abrupto y resbaladizo. En el Luciferismo se hace mucho hincapié en que no existe una separación entre lo material y lo espiritual: la iniciación real supone una transformación existencial total, que no tiene compasión al afectar a todos los ámbitos de la vida. La persona que toma contacto con nuestra tradición, lo hace en primer lugar con una filosofía que le coloca contra las cuerdas: sólo tú y nadie más que tú es el responsable de tus éxitos y fracasos. Aquí no hay victimismo que valga, ni un lugar de descanso en el que atrincherarse. No hay excusas que puedan velar ante tí mismo la realidad de tus propias mentiras. Si realmente deseas algo, sólo tú y tu capacidad de estrategia sois los que os interponéis entre ti y tus objetivos vitales, materiales y espirituales, que deseas alcanzar.

La cuestión del poder, en el Luciferismo, se resuelve en la 1ª Ley Luciferina: Todo poder comienza y termina en ti, no te arrodilles nunca ante nadie, ni en espíritu ni en cuerpo; pero hace falta un tipo de coraje muy específico para ascender a la responsabilidad de ese poder sobre nosotros mismos, sabiendo que una vez se cruce la puerta, esta se cerrará para siempre tras nosotros.

El pacto que se establece con las Fuerzas de la Oscuridad en el Luciferismo, es el pacto que uno realiza con la inmensa Oscuridad que habita en el Caos de su propio abismo personal. Somos aquello en lo que devenimos a través de nuestras acciones, aquello que decidimos ser. Hay una perspectiva totalmente existencialista en esta forma de entender la espiritualidad de la Mano Izquierda, pues, independientemente de si te consideras ateo o teísta, todo poder y conocimiento refiere al final a la capacidad -o la falta de ella- de tu propia conciencia. Cada persona es libre de devenir aquello que quiera ser, aunque eso sea algo miserable.

Este pacto es realmente una decisión, un acto de pura voluntad que intersecta y pone en movimiento todas las partes de nuestro ser, incluidas aquellas que han permanecido ocultas hasta entonces: la abstracción del pensamiento, la ira de la voluntad, la totalidad de lo emocional. Todo el ser es atravesado por esta decisión de devenir, de entrar en ser, de construir un valor de eternidad enraizado en el tiempo y desde el tiempo.

Aquí, la magia puede servir como forma de nombrar lo innombrable, pues trabaja con cosas que lo profano y su lenguaje no es capaz de nombrar. En la magia, la Oscuridad de nuestro inconsciente toma cuerpo y nos caza desde las sombras, nos infunde poder y fuerza, nos ofrece el trato, el pacto que hacemos con esa parte de nosotros que ahora nos habla como desde fuera, como si la magia fuese un juego de espejos que empleamos para hablar con las partes más oscuras y a menudo inalcanzables de nosotros mismos.

Es la decisión quien nos hace lo que somos y es nuestro propio poder el que descubrimos en las Fuerzas de la Noche Eterna del Abismo. Y aunque nunca podamos resolver la paradoja que supone la incertidumbre de su funcionamiento, sabemos que funciona porque devenimos: porque somos arrojados de nosotros al futuro que realizamos para nosotros mismos.

¿Cuántos buscan, como nosotros hicimos, el poder de esta Oscuridad, pero dejan pasar de largo el Cáliz de la Sangre y la Intoxicación diabólica cuando éste se presenta en sus vidas? Pocos quieren saber del sobrehumano esfuerzo que nos ha dado todo lo que deseamos, pocos menos aún son los que pueden imitarlo, pocos menos aún son los que conseguirán devenir la Bestia en su propia piel.

Voluntad, sangre, sudor y lágrimas son las únicas cosas requeridas para desgarrar en nosotros el espacio que necesita el Cruce de Caminos para abrirse, para escuchar en él la voz maldita de nuestra propia oscuridad tentándonos a superar la moral vulgar, las limitaciones y flaquezas, los deseos que representan cortedad de miras.

A aquellos que pueden, la Orden de Fósforo les saluda desde la orgía del Sabbat.

A esos esperamos encontrarles tras las Sombras.

Puedes contactar con la Orden en: www.orderofphosphorus.net

Scroll al inicio