El tarot se ha utilizado a lo largo de los siglos para una gran diversidad de propósitos, incluidos juegos de cartas, adivinación, meditación y reflexión personal. En la actualidad, el tarot se continúa usando como herramienta de adivinación, pero puede ser de gran utilidad para el autoconocimiento y la reflexión.
Esta última práctica puede ser muy beneficiosa tanto para el desarrollo personal como para realizar un análisis sobre determinadas circunstancias y cómo estas se están abordando o concluyendo.
El tarot como herramienta para el desarrollo personal se basa en la utilización de las imágenes y lo que estas representan como arquetipos que simbolizan situaciones, circunstancias y personas que conforman el entorno del consultante.
El sistema de utilización del tarot como método de autoanálisis obedece a los mismos principios que el uso de determinadas pruebas proyectivas en psicología, que, si bien han recibido críticas por su escasa validez para el propósito diagnóstico, sí pueden resultar de gran utilidad para facilitar el proceso de comunicación y expresión, así como poder explorar diferentes aspectos de la percepción del entorno del sometido a evaluación.
Estas pruebas proyectivas son una herramienta utilizada en psicología para evaluar aspectos de la personalidad, emociones, pensamientos y actitudes de una persona. Funcionan proporcionando estímulos ambiguos o poco estructurados, como imágenes o frases incompletas, para, a continuación, analizar cómo el individuo responde a estas inducciones. A diferencia de los cuestionarios de opción múltiple, los test proyectivos permiten una mayor libertad de expresión y pueden revelar aspectos inconscientes de la persona que realiza el test. La interpretación de los resultados de los test proyectivos generalmente se realiza por parte de psicólogos o profesionales de la salud mental capacitados, ya que requiere un entendimiento profundo de la teoría psicológica y de la forma en que los diferentes factores pueden influir en las respuestas del individuo. Con el tarot, en cambio, puede ser la misma persona la que interprete los resultados de la tirada, a través de la asociación personal que cada consultante otorgue a la carta. De este modo, los arquetipos del tarot pueden ser poderosas herramientas para el autoconocimiento personal y el crecimiento espiritual.
Hay múltiples formas de utilizar el tarot para este propósito de autoexploración que nos ocupa.
La más frecuente es manejar los arquetipos de las cartas para la reflexión y meditación. Esto se realiza eligiendo una carta del mazo y reflexionando sobre su imagen y simbolismo. Podemos realizarnos las siguientes preguntas: ¿Qué aspectos de la carta se relacionan conmigo? ¿Qué emociones o pensamientos me evoca? De este modo, permitimos que lo que simboliza la carta para nosotros nos haga reflexionar y nos brinde elementos sobre nosotros mismos y nuestras circunstancias actuales. El trabajo con los arquetipos nos permite asociar los mismos con diferentes aspectos o circunstancias de nuestra vida. Por ejemplo, ¿reconocemos al arquetipo del Mago en nuestras propias habilidades creativas y poder personal? ¿O al arquetipo de la Luna en nuestras emociones? Se trata de utilizar estas estructuras para comprender mejor nuestras motivaciones, comportamientos y aclarar ideas.
Otro modo consiste en utilizar cartas específicas para explorar áreas de nuestra vida que nos interesen. Por ejemplo, se pueden realizar tiradas centradas en el trabajo, relaciones, salud o desarrollo personal. Las posiciones de las cartas pueden ayudar a clarificar las ideas sobre estos aspectos.
Otro ejercicio útil es tener un “Diario de tarot”. Se trata de tener un cuaderno, únicamente destinado a este fin, en el que se registren las diferentes experiencias con el tarot. Se utiliza anotando las cartas que aparezcan en cada tirada, las interpretaciones y cualquier impresión o intuición que surja durante las sesiones de tarot. Es adecuado revisar regularmente el diario para identificar patrones, temas recurrentes o cambios en la comprensión y percepción de las cartas.
Los arquetipos del tarot pueden ser útiles, igualmente, para trabajar y desarrollar la visualización creativa. La imagen que otorga cada carta puede ser el punto de inicio de una historia que puede estar protagonizada por uno mismo. Este fin dista más del desarrollo espiritual, pero puede resultar un juego útil para el desarrollo de nuestras habilidades creativas, a la vez que supone un medio para aumentar nuestro manejo del tarot y familiarizarse con las cartas y su significado.
Al utilizar los arquetipos del tarot para el autoconocimiento personal, es importante tener en cuenta el propósito del acto, que no es otro que el propio desarrollo personal, y que el mazo de cartas únicamente está destinado a ser un instrumento para la propia reflexión. Llegados a este punto, puede plantearse la pregunta de cómo poder interpretar una situación ya más que definida por nosotros, si las cartas salen al azar. Un ejemplo sería estar vivenciando una crisis, siendo La Torre la carta más representativa para el consultante. Obviamente, hay posibilidades de que esta carta salga o no en la tirada. ¿Cómo es posible que esta carta aparezca representando a la crisis sin el elemento de la clarividencia? Este evento se puede abordar de varias maneras. Una forma es, directamente, coger la carta de la Torre y hacer una tirada en torno a ella. Otra forma es ser consciente de la carta que simboliza la situación por la que se consulta, pero independientemente de que salga o no, el resto de las cartas aportarán más elementos a tener en cuenta. De esta forma, aunque no surja la carta que entendemos como más significativa para nuestra circunstancia, el resto de los arquetipos ayudarán a la reflexión personal y a la autoexploración.
Las cartas del tarot, por tanto, son unos valiosos elementos que pueden ser de gran utilidad para la reflexión personal, al proporcionar símbolos y metáforas que estimulan la autoexploración, permitiendo al consultante examinar su situación desde nuevas perspectivas y profundizar en su autoconocimiento.
