Tu corazón, que tú sabrás donde lo pones
Pero tienes que entender, con tanto hacerme correr,
Me estás tocando los cojones
Tu corazón, Extremoduro
No hay un molde para los sumisos perfectos. Cada Dom y cada dinámica requiere un tipo de sumiso congruente.
De este modo, el mejor sumiso para un Dom es aquel que éste elije.
Pero no siempre la elección es buena, y es bastante frecuente que, en el recorrido por nuestro sendero del D/s, nos encontremos con seres abyectos y de dudosa fiabilidad.
Se realiza en este texto una clasificación personal (como se procedió con los Dom) que distingue entre: falsos sumisos, malos sumisos y mierdas sumisos.
Falsos sumisos:
Son personas a las que esta subcultura ni les gusta, ni les va. Hay varios perfiles.
-Uno es aquel que busca tener relaciones sexuales y usa el BDSM como medio para acceder a las mismas. Este perfil es muy común (o así lo que visto yo) en personas con muy baja autoestima.
-Otro perfil es aquel que cree que el BDSM es como sale en 50 Sombras de Grey o alguien que quiere experimentar algo de sexo más duro, o introducir algún elemento como esposas o similar. Nop. Este no es tu sitio. Este tipo de sumisos me parece realmente molesto. Se dirigen a sus Dom exigiendo y pidiendo un servicio y, obviamente, no le procesan el respeto merecido. Su interés se basa en la entrepierna y nunca en otro tipo de factores que esta práctica contempla. Este perfil se detecta con dos líneas de conversación, y lo más habitual es que el Dom lo mande a casita. Una pena. Desde mi ver, el verdadero tratamiento a este tipo de sumisos es someterlos a una autentica sesión. Pero tal y como están las cosas, no lo recomiendo en absoluto. Es muy mala idea.
Malos sumisos:
Malos sumisos son todos aquellos que le dan problemas a su Dom y que, por lo general, ni se preocupan por el bienestar de este, ni en ceñirse a su rol.
Se pueden distinguir varios perfiles.
-Uno es el de aquellos sumisos que presentan personalidad dependiente y son sumamente egoístas y que quieren a un Dom para que les solucione sus problemas y su vida. Estas personas necesitan a un coacher y no a un Dom. Usan al Dom para su propio beneficio.
-El segundo perfil es el contrario. Personas que buscan que se las atienda en todo momento. La relación gira en torno a ellos y el Dom no es respetado. Es importante aclarar que una relación D/s debe ser equilibrada. El hecho de que haya dos roles no significa que uno sea más importante que el otro. En este perfil es común las personas que dan mucho calor. Son muy pesadas y terminan agotando al Dom mental y emocionalmente. Es frecuente que se comporte de modo rebelde o que lleven la contraria.
-Otro perfil es el de personas con problemas emocionales o confusas. No tienen claro si les gusta la D/s y, por consiguiente, terminan usando a su Dom. Son personas con problemas constantes que van, poco a poco, arrastrando a su Dom a ellos. Asimismo, y por desgracia, hay personas autodestructivas, que ven el cielo abierto en el mundo BDSM. Estas personas necesitan atención profesional y no a un Dom.
Mierdas sumisos:
Este tipo de sumisos es el más despreciable. Se trata de malas personas que, por venganza, por problemas emocionales propios o por tener algún tipo de problema mental usan a su Dom o, directamente, le atacan.
Este tipo de ataque puede ser utilizando la relación D/s como un medio para acusar al otro de un trato no deseable socialmente. Asimismo, puede ser que utilicen chantaje emocional o reproches constantes.
El perfil de este tipo de personas es diverso y se resume a lo que denominamos “personas tóxicas”. Es importante que, si como Dom detectas a alguna de estas personas, te alejes de ella lo más pronto posible porque no es improbable que involucren al otro en un problema que puede resultar bastante comprometido.
Para concluir, comentar que, si identificas algún rasgo que no te convenza de tu sumiso, háblalo con esta persona. Los sumisos, al igual que los Dom, son falibles. Todas las personas somos falibles. Puede que tengamos un mal día o que nos comportemos de una forma poco conveniente por inexperiencia o por desconocimiento. Hablar y comunicarse es fundamental.
No obstante, si una vez hablado el problema tu sumiso sigue mostrando ese tipo de comportamiento, lo más adecuado es que termines la relación. Una relación en la que no están cómodos los dos roles desemboca en el fracaso, y es mejor que esa ruptura se produzca antes que después, ya que habrá menos oportunidades de provocar daños.