Por: N. K. I°
Cuando uno mira los libros de algunos de los autores modernos de la LHP, se puede sentir una especie de nueva tendencia entre algunos a retratar la espiritualidad siniestra y sus paisajes espirituales como algo no tan oscuro, no tan maligno como la opinión vulgar de los medios de comunicación y los no iniciados puede indicar. Por ejemplo, algunos de los enfoques actuales de los Qliphoth los explican como puntos calientes de energía desatada que pueden ser beneficiosos para quienes los dominan, dejando de lado, cuando no negando directamente, toda la relación real que cada Qliphoth tiene con las expresiones más viles y aborrecibles del mal en nuestro mundo. Y ese es un movimiento que puedo entender, la de intentar un lavado de cara de la práctica al público, pero no puedo evitar pensar que si esa va a ser de ahora en adelante la comprensión real de nuestro camino, estamos realmente jodidos.
Cuando uno indaga en las obras de las primeras generaciones de los ocultistas modernos, como Mathers, Regardie, incluso Crowley y Grant, se puede observar en sus libros un sentido justo de los peligros que implica trabajar con las fuerzas del Mal Primordial de las que las Qliphoth son expresión. A menudo describen algunas de las cosas más terribles que suceden en nuestro mundo como expresión directa de una de ellas: el niño que muere de inanición, expresión de Arab Serapel; personalidades como Goebbles o Mussolini, expresiones de Tagaririm; el genocidio en Ruanda, una expresión de Golahab; y la lista podría seguir y seguir.
Comprendo que es difícil, a la hora de proponer un camino espiritual, abrir los límites mentales de nuestra perspectiva cultural y acercarnos al significado interno de estos horrores morales y existenciales, pero creo firmemente que existe una relación directa entre la expresión del mal absoluto en el mundo y el camino de la Gnosis Siniestra que estamos recorriendo, y que sin esa maldad no habría posibilidad alguna de que fuésemos iniciados en la Mano Izquierda.
El camino de la Oscuridad no es una senda idealista. No forzamos ideales de luz sobre la expresión de los aspectos más oscuros de la existencia y de la mente, ni tratamos de negarlos. Nosotros miramos directamente a los ojos de lo que es, ya sea la naturaleza de nuestra propia conciencia, ya sea la naturaleza de nuestro mundo, y aceptamos lo que vemos como punto de partida. Así que todo se reduce a ser honestos sobre nuestras percepciones acerca del mundo que nos rodea cuando vemos y comprendemos que nuestra vida se construye sobre el sufrimiento y el dolor de los que están bajo nosotros, y esto tanto de forma material como espiritual al mismo tiempo.
Es decir, si estás leyendo esto desde una pantalla, un pc o un móvil, eres directamente responsable por la esclavitud de miles de personas en el tercer mundo, y no deberías sentirte mal por ello. Si te sintieras culpable por cada pequeña cosa de tu vida que se construye sobre el sufrimiento de otros, tal vez harías mejor en suicidarte. Cada vez que comes un bistec, eres responsable del sufrimiento de otros seres humanos, cada vez que vas al mercado y compras una Coca-Cola, eres responsable del sufrimiento de otros seres humanos, vas al cine o ves porno en tu portátil, siempre es lo mismo: toda la vida se basa en el sufrimiento y la muerte de otra vida, y así es como las cosas son y serán siempre.
Me gusta pensar que cada vez que uno de nosotros tiene un pico espiritual o una especie de revelación interior, una persona en el mundo sufre un colapso mental, se vuelve psicótica y se interna en un hospital mental. Por supuesto, esto no es más que una fantasía personal, pero me ayuda a entender la relación simbólica entre la vida de una cosa y la muerte de otra y, más allá, en la relación directa entre las expresiones más oscuras del Qliphoth y cómo éstas funcionan realmente de forma beneficiosa para aquellos que, como nosotros, aprendieron a dominarlas. Lo que no debe no permitirse es avanzar sin ser consciente de esa relación más allá en el camino, pues sería deshonroso para nosotros y para aquellos que pavimentan el camino para nuestros pies.
Existe una relación directa entre las expresiones más oscuras de los Qliphoth y la forma en que funcionan como desarrollo espiritual para nosotros. Cada Qliphoth, como fuerza esencialmente vampírica, drena su poder de las vidas que quedaron atrapadas en sus fauces, y esa energía es recogida, refinada y utilizada por aquellos que trabajan con las Qliphoth para iluminar las profundidades de nuestro ser. No te engañes en esto: no hay posibilidad de desarrollo espiritual que no sea vampírico en esencia, incluso dentro del marco de un camino de la RHP. Ser honesto con la fuerza con la que trabajas significa comprender lo que realmente está entrando en ti cuando abres una qlipha y conjuras y diriges su energía hacia tu propio ascenso en todas las áreas de tu vida.
El mal es todo lo que puede ser, ya que todo lo que puede ser es siempre otro que dios, y es no dios en su propia esencia. Simplemente por existir estamos negando a dios en nosotros mismos, y al hacerlo estamos poniendo en movimiento la rueda de la Llama Negra a través del mundo, el regalo de Ahriman que es lucha, dolor, sufrimiento y destrucción para todo lo virtuoso, para que los fuertes puedan superarse y elevarse entre las estrellas. El nuestro es un camino del mal ontológico absoluto, pero también de mal moral, ya que encontramos nuestra vida en la muerte de otros, no por criminalidad directa, sino por la conciencia de cómo el mundo funciona por sí mismo.
La nuestra es una iluminación siniestra sobre la realidad de las cosas. Así que, sí, el Mal no es sólo la división de la unión definitiva con la luz. El Mal es también cómo toda vida llega a existir y cómo puede desarrollarse. Comprender que todo lo que hacemos está directamente relacionado con la expresión más oscura posible de sí mismo, como una correspondencia alquímica, nos ayudará a comprender la única razón real posible detrás de nuestro camino:
επειδή μπορώ
Porque puedo.