–Sabéis lo que he soñado, podéis proporcionar el placer.
-No como tú lo entiendes.
Hellraiser (Clive Barker)
El Amo perfecto dependerá de cada sumiso, de sus preferencias, filias e inclinaciones, así como del tipo de relación que quiera establecer con su Señor.
El Amo perfecto es aquel que elige el sumiso y con el cual está satisfecho.
Pero no todos los Amos pueden aspirar a la perfección, algunos de ellos ni están siquiera cerca. Se trata, por orden de bazofia, de menor a mayor, de los falsos Amos, los Amos no dignos y los mierdas. Veamos cada uno de ellos.
1-EL FALSO AMO
Se trata de personas que, en el BDSM, han visto el cielo abierto y una posibilidad para tener sexo o experimentar intercambio de poder con otras personas dispuestas a ello. En realidad, a los falsos Amos no les gusta el BSDM, solo lo utilizan como una salida para dar rienda suelta a sus necesidades personales.
Personalmente, he conocido varios perfiles, tanto de falsos Amos machos como hembras, que suelen ser bastante repetitivos.
El primero es el tipo que, por lo general, en su trabajo es tratado como inútil, su pareja le regaña, su familia lo trata como a un perdedor, sus hijos lo perciben como un payaso y su círculo social lo trata como el pringado o la mascota del grupo. Dan mucha lástima. Este tipo de personas suelen haber llegado a esta situación por su falta de responsabilidad consigo mismos y suelen tener una personalidad victimista. ¿Qué hacen? Descubren el BDSM y piensan que es una posibilidad para ser adorados o reconocidos por otros dispuestos a ello, con el fin de sentirse menos miserables.
El segundo prototipo de falso Amo es aquel que ve el BDSM como una posibilidad de entablar relaciones sexuales, la cuales no puede encontrar de otro modo. Son personas con la autoestima muy bajita y una con una gran falta de recursos y habilidades relacionales.
El tercer modelo es aquel que piensa que con el BDSM va a tener un harén de esclavas/os y hacer así posibles todas sus fantasías.
2-EL AMO NO DIGNO
Se trata de personas que no están a la altura para ser Amos. Veréis, ser Amo no consiste en ser adorado o mandar sobre otro. Se trata de un cargo que ostenta sobriedad y distinción y que, por consiguiente, implica una gran responsabilidad y compromiso. El Amo debe ganarse el respeto por sus acciones y procederes y no todas las personas están capacitadas para esta empresa. Es entonces cuando aparecen los Amos no dignos.
Un Amo es no digno cuando:
–Hacer sentir culpable al sumiso por usar la palabra de seguridad. El sumiso tiene el derecho y la responsabilidad de usar la palabra de seguridad, si el Amo le hace sentir culpable o se lo echa en cara, no es digno y, además, estaría siendo un irresponsable.
–Alega no tener límites. Todas las personas tienen límites, por muy kinky o Amos que sean. Afirmar la falta de límites es poner en evidencia una total escasez de experiencia o de seguridad en uno mismo. Es necesario que, previamente a la sesión, se establezcan unos límites claros.
–Únicamente planea una sesión cuando está enfadado. Este tipo de personas no necesitan un sumiso, sino un saco de boxeo. Tampoco necesitan sesionar, sino ir al gimnasio. Un Amo no usará a su sumiso como instrumento para descargar sus emociones negativas.
–Establece los títulos previamente a la sesión y sin ser pactados. Antes de comenzar la dinámica, el Amo exige que te dirijas a su persona con “usted”, o llamándolo Amo, Señor y similar. Asimismo, es posible que se dirija a su futuro sumiso con adjetivos como “zorra”, “puta”, “perra” o similar.
Este tipo de comportamiento se ve, por desventura, muy frecuentemente, en las redes sociales, cuando un Dom exige al resto de los sumisos del grupo que se dirijan a su persona con un determinado cargo. Esto no solo denota una falta de educación y de protocolo, sino que es propio de un mal Amo. Asimismo, resulta una falta de respeto, no solo para los sumisos, sino para el resto de los Amos.
–No proporciona al sumiso cuidados post sesión. Una de las obligaciones del Amo es cuidar de su sumiso y, por consiguiente, debe procurar que se sienta lo más satisfecho posible y los cuidados post sesión son algo imprescindible. En una relación S/m, este tipo de cuidados no pueden ser ignorados y deben ser realizados de modo obligado. No hacerlo coloca al sumiso en la ya mencionada categoría de saco de boxeo, acción que resulta despreciable.
–No es responsable en las sesiones. El Amo tiene que ser absolutamente responsable en sus prácticas. Dejar a un sumiso atado sin vigilancia, no guardar medidas de seguridad o acceder a hacer una sesión cuando está bajo los efectos del alcohol u otras sustancias (o su sumiso lo está) son negligencias imperdonables que demuestran que esa persona no está a la altura y que, por consiguiente, no es digna.
Veréis, un Amo es una persona y, como todas las personas, es falible. De este modo, puede que cometa errores y faltas, sobre todo, si se está iniciando. El sumiso debe ser empático, comprensivo y apoyar a su Señor. Pero cuando estas infracciones y descuidos pasan a ser la dinámica habitual, es signo de que algo va mal, tu Amo no es digno.
–No actúa según lo pactado. El Amo debe ceñirse a lo que se ha consensuado en el pacto. De este modo, es una negligencia incluir prácticas no consensuadas ni pactadas de antemano.
Asimismo, el Amo debe cumplir lo pactado. Descuidar su labor es un signo de dejadez e indiferencia que se traduce en el desprecio a su sumiso. No es digno. Si se ha pactado una relación S/M, por ejemplo, y el Amo deja, por sistema, de acatarla y/o se limita solo a una práctica (sexo oral, anal, empujar, coito y ya…) es un indicio de no ser digno.
–Falta al respeto a su sumiso. El Amo debe respetar al sumiso por encima de todo, tanto en sesión como fuera de ella. Tratar mal al sumiso, ridiculizarlo o menospreciarlo es un signo de falta de experiencia o pericia. Los juegos de humillación nada tienen que ver con la falta de respeto, y el Amo que lo confunda es que no sabe desarrollar la dinámica. Lo está haciendo mal.
–Hace proposiciones a sumisos que no conoce o que no le pertenecen. Esto es una falta de respeto para el sumiso y para el Señor del sumiso implicado, si es que lo hubiese. El hecho de ser Amo no da derecho a ejercer potestad sobre otra persona únicamente por adoptar el rol sumiso.
–Miente a su sumiso. Un Amo que no es honesto con su sumiso lo está haciendo mal. Hay conductas, como hacer promesas que sabe que nunca va a cumplir, tener otros sumisos a las espaldas del suyo (o los suyos) o mentirle en cualquiera de los términos que establezcan en la relación, que no son adecuadas para un Amo digno.
–Impide que su sumiso contribuya en la relación. El sumiso adopta un rol de sometimiento, pero esto no significa que no participe en la relación, por muy pasiva que sea la dinámica establecida. Si el Amo no permite que el sumiso forme parte, ni opine sobre las dinámicas, las sesiones o cualquier otro aspecto, no está haciéndolo bien.
–Requiere directamente a un sumiso ser su Amo, sin conocerlo previamente. No es correcto preguntarle a alguien a quien acabas de conocer si quiere ser tu sumiso. No estamos en una discoteca y esta conducta es más propia de un chulo piscinas que de un Señor. El Amo debe ganarse el respeto del sumiso y ser aceptado por el mismo, no puede entrar a la voz de “tú quieres rollo…”. Asimismo, debe demostrar que es responsable, serio y que está dispuesto a comprometerse en la relación. Tened en cuenta que el vínculo que se va a establecer ente Amo y sumiso debe ser de completa confianza y que el sumiso, en muchas ocasiones, va a poner su seguridad, e incluso su vida, en manos de su Amo. Esto no es un polvo de una noche. Solo es necesario un poco de educación y sentido común.
–Se niega a tener conversaciones sobre consentimiento, límites o deseos o hablar sobre las sesiones. Hablar de las sesiones y de las necesidades mutuas en un factor importante, negarse a ello es poner un obstáculo a que la relación Dom/sum sea fluida.
La comunicación es absolutamente importante en una relación. Si tu pareja no puede comunicar cosas importantes como límites, palabras de seguridad, consentimiento o sus deseos, la relación va a ser difícil. Esto puede conducir a la aparición de problemas en el futuro. Las relaciones son difíciles sin una comunicación adecuada; simplemente no hay manera de evitarlo. Insiste en hablar de los temas importantes o encuentra a una nueva pareja que lo haga.
3-LOS MIERDAS
Este tipo de personas ocupan el eslabón más alto de la cadena de la basura dominante, tras los falsos Amos y los Amos no dignos. Debido a que no resulta adecuado categorizar ni denominar a estos abyectos seres como Amos, a partir de este momento, nos referiremos a ellos como “mierdas”. Esto es porque no solo representan la inmundicia del BDSM, sino que, como personas, resultan odiosas.
En el BDSM es un mierda quien:
–Insiste en que no se necesita palabra de seguridad. Esto es una locura. La palabra de seguridad es imprescindible y únicamente bajo un metaconsenso en una pareja muy duradera y con tiempo de bagaje, no se pactará la palabra previamente a la sesión. Sin la palabra de seguridad, no hay sentido común ni consenso, ni seguridad. No es, por consiguiente, una práctica BDSM.
–No respeta la palabra de seguridad de un sumiso o le amenaza con que no la va a cumplir. Esta acción puede tener consecuencias desastrosas. Por un lado, por lo comentado con anterioridad, en lo que respecta a la irresponsabilidad y negligencia. Por otro lado, porque si esto se lo comunica al sumiso en un momento en el que éste está desprotegido (atado, inmovilizado o sin la posibilidad de huir) le puede provocar un terror tremendo. Y esto no es una dinámica de sesión, es una amenaza real que no solo estropea la experiencia, sino que la convierte en una agresión. Aquí tampoco se cumple el SSC y no se trata de una práctica, por consiguiente, BDSM.
Lo curioso de estas situaciones es que el mierda es tan mierda que cree que ese comportamiento es un modo de incrementar su autoridad o mando ante el sumiso.
Veréis, las prácticas de humillación y miedo nada tienen que ver con esto. Este comportamiento no solo deja de manifiesto que el que lo acata es inexperimentado e inútil, sino que es, directamente, un mierda.
–Presiona al sumiso para que traspase sus límites pactados. Esto no se debe hacer nunca. El sumiso, en estos casos, debe negarse sin dudarlo. No hay que tener ningún sentimiento de estar defraudando a tu Dom. Si te insiste es un mal Dom y, si te lo exige, es un mierda.
Obviamente, ni entramos en prácticas en las que alguien (un mierda) fuerza a otro. Esto no se debe tolerar bajo ningún supuesto.
–Se niega a usar protección anticonceptiva y contra ETS. Este comportamiento, visto mucho en la vainilla, es igualmente detestable. Hay muchos medios de protección contra las ETS, si una persona no gusta de alguno, se busca otro. Negarse por negarse es propio de un mierda.
Como conclusión, aclarar que todos hemos cometidos errores y que, seguramente, como Amos hemos actuado mal alguna vez, sobre todo en el inicio. Esto es fruto de la inexperiencia y de la naturaleza humana. Esto no nos convierte en Amos no dignos. Las personas somos falibles.
Diferente es si el Dom actúa así por condición o regularmente y se niega a escuchar o a cambiar esta conducta. Como se ha comentado, la comunicación es fundamental para que cualquier tipo de relación de pareja, sea cual sea, vaya bien.
En el caso que nos ocupa, el de las relaciones BDSM, esta comunicación debe ser más cuidada y se le debe prestar especial atención. Los malos entendidos en una relación vainilla pueden deteriorar la relación hasta el punto en que puede romperse, pero en los casos de una relación Dom/sum estos malos entendidos pueden desembocar en consecuencias nefastas, y no solo en lo que a relación se refiere, sino en parámetros de seguridad para la salud y por ello, la importancia de la comunicación.