Siguiendo con la tipología de roles, se procede a introducir al que falta, el switch. Un switch es alguien que adopta tanto el rol Dom como el sumiso.
Este tipo de rol no ha estado bien visto en la comunidad BDSM, aunque ya parece estar más tolerado (o no, depende de cada comunidad).
El switch puede adoptar uno u otro rol en función de una época de su vida o de la persona con la que se relaciona. De este modo, si el switch mantiene una relación con un Dom, podrá hacer de sumiso. Mientras que, si mantiene una relación con un sumiso, podrá ejercer como su Dom.
En los grupos en los que un Dom interactúa con varios sumisos al mismo tiempo, un switch puede ejercer de sumiso alfa, y ayudar al Sire en su tarea de dominación, pero siempre bajo la potestad del Dom. En este caso sería sumiso y Dom al mismo tiempo, pero siempre obedeciendo al Dom principal.
La Vieja Guardia no admitía a los switch dentro de su comunidad, porque los consideraba falsos Dom y falsos sumisos. No fue hasta los años 90 cuando este rol se integra en la comunidad BDSM. Así que, el switch noventero pensó: “bien, ahora me valorarán a la par los Dom y los sumisos”. Pues no. Los switch son los parias, los excluidos, los desventurados, los apestados, los repudiados, los despreciados y los desechados de la comunidad BDSM. El sumiso más sumiso ostenta una categoría muchos más superior que el más sumo switch.
Esto ocurre porque no se les considera ni verdaderos Dom, ni verdaderos sumisos. Como si no estuviesen comprometidos con su rol o no lo tomasen en serio. Es frecuente que, en las relaciones D/S, los sumisos no consideren una relación con un switch como plena, ya que no los reconocen como verdaderos Dom. Todo un estigma.
Al igual que el bisexual al principio de la formación de lo que ahora conocemos como LGTBI, el switch sigue escuchando expresiones tales como “cuándo te vas a decidir (¿decidirse de qué?) … no eres un verdadero sumiso, no eres un Dom digno…”.
¿Se puede hacer una clasificación de switch como hemos hecho entre Dom y sumisos? Como poder, se puede hacer una clasificación de lo que se quiera. Vamos a ver una simple:
-El que elige pareja antes que rol.
-El que elige rol y luego pareja.
-El que se identifica con un rol u otro en diferentes momentos de su vida.
-El que cambia de rol según su estado de ánimo.
-El que se identifica con ambos roles y no “se decide” (¿decidirse de qué?).
-El que es sumiso, pero también sádico (sumiso alfa).
-El que es Dom, pero también masoquista (uff, ya es mala suerte…). El Marqués de Sade ostentaba esta condición (así le fue…).
Y el “cuándo te vas a decidir” siempre ahí, acompañando al switch allá donde vaya. No se elige ser Dom o sumiso. Se trata de algo parecido a la orientación sexual y, como tal, puede variar a lo largo de la vida.
Imaginaos un mundo en el que normativamente hay carnívoros y veganos, pero algunas personas comen ambos tipos de alimento.
– ¿Cuándo te vas a decidir?
– ¿Decidirse de qué?
–De carne o de verdura.
– ¿Por qué tengo que decidirme por una de las dos opciones si puedo disfrutar y disponer de ambas? No es malo para mi salud, no es ilegal, no hago daño a nadie. No le veo el problema.
– ¿Pero cuando te vas a decidir?
…
Así que el switch queda exiliado al rincón de los parias. Ahora vive ahí.
Prosigamos. Como hemos visto, una parte esencial del protocolo es que los alias de los Dom se escriban con la primera letra en mayúsculas, y el de los sumisos en minúscula. ¿Cómo se escribe el de un switch?
Pues depende. Si el switch adopta rol de Dom, se escribe en mayúsculas, y si ejerce como sumiso se escribe en minúsculas. En los casos en que la persona quiera dejar claro que es switch, o en el caso de que ejecute un rol de sumiso alfa, puede poner su nombre en minúscula con alguna mayúscula intercalada. Por ejemplo: “caradeBotón” o “deHojalata”.
El protocolo es importante. El BDS es protocolo. Si no hay protocolo, no es BDSM. Será otra práctica de intercambio de poder, pero no BDSM.