Camino, camino, y camino.
A veces, contra ventiscas y lluvias,
a veces, contra glaciales intemperies campestres,
a veces, contra el sofocante sol canicular.
Y camino, camino, y camino.
A veces, tengo el presentimiento de que voy hacia algún lugar,
y que algún día, tarde o temprano, llegaré.
A veces, tengo la impresión de que escapo de mí mismo,
por no reconocer nada de cuanto me rodea,
por no poder alcanzarme en mis propios pasos, diligentes y perseverantes.
Y camino, camino, y camino.
A veces, entre las pocas casas de pequeños pueblos sin alma andante, superpoblados de humeantes vehículos y pacientes bosques.
A veces, sobre los grises océanos de asfalto, pigmentados, entre mares de edificios, por oleadas de gente de lo más variopinta…
…y eme aquí, cual pez al que no le gusta el agua.
Y camino, camino, y camino.
Pero vaya donde vaya, todo me parece un desolador e infértil desierto.