Por Lind of the Ravens. Artista plástica, dedicada su obra a la crítica social y religiosa y a la salud mental.
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Instagram: @Lindofravens
Y todas las noches te escojo a ti.
Quien me ahoga hasta encontrar el sueño.
Quien me atrapa en la cama cuando estoy despierto.
Tras la sinfonía de un solitario violín,
entre los ecos del vacío y la nada,
se desvela la melancolía avivada
por el cataclismo de las cuerdas al gemir.
Llueven fragmentos de fotografías
cayendo como gotas de monotonía,
cuyo vals de nostalgia no tiene fin.
Negro sobre blanco manchados están los recuerdos.
Destintados se desploman todos mis cielos,
cuando aqui en la tierra es el infierno
de todos los tiempos
convertidos en eternos anhelos.
No cesa la tormenta en su clamor.
Todas las notas vuelven al inicio del pentagrama.
Siempre suena un violín de alma drenada
por llorar su melodía a un extinto sol.
En este inabarcable ocaso
ante tus pies yo me arrastro
por escapar de esta habitación.
Las cuatro paredes de todo un mundo,
donde el colapso parece ser siempre inconcluso
cuando pido tu rapto en el dolor.
En mi propio apocalipsis, espero el sonar de las trompetas
y ver como me llevas sobre la tormenta a la negrura eterna.
Donde la noche al fin se cierra
y mueren los ecos en su caverna.
Con las manos manchadas de pena
me lanzo sobre ti al acabar con mi condena.