Como decir “no soy un negro”, “no soy un blanco”. Tengo una identidad única.
El panorama de hoy en Internet es bastante desolador en lo que se refiere al Satanismo. Los minutos de gloria prometidos por Warhol en televisión, se han quedado cortos a los bits de vergüenza que se producen cada día. Y la palabra Satanismo no podía quedar limpia en esa moda de contenidos basura.
Multitud de streamers y community managers amateurs pelean por su parcela de auto humillación. Tocar un animal marino venenoso, imitar un baile o sincronizar tus labios con una canción de moda, todo se vale a la hora de conseguir interacciones, seguidores, subscriptores… Pues bien, esto no podía ser evitado mucho tiempo por personas que se hacen llamar “satanistas”. Hace ya 15 años que pensé sería buena idea introducir de forma respetuosa el Sendero Siniestro en Facebook, y desde entonces hasta hoy he recibido muchísimas invitaciones a grupos, montones de mensajes privados pidiendo ayuda (después de todo, yo sé sobre el tema por ser privilegiado, no por haberme pegado el trabajo de leer los textos), algunos incluso llamándome maestro (título que nunca he reclamado).
Ustedes pensarán que he tenido éxito. Que suerte y privilegio tener esa posición. No lo es. Se ha convertido en mi dolor de cabeza.
Cuando apoyo un proyecto, como la web Limina Carnis, voy con cuidado de apoyar algo con sentido de existencia. Esto no es por una cualidad innata. Se trata de la experiencia de montones de mierda que he tenido que tragar, de gente “única y especial” que iba a crear su propio grupo de trabajo “satanista”.
Sin duda, tengo que agradecer a Peter H. Gilmore abrirme los ojos. Y al contacto de muchos individuos idiotas la invalorable experiencia del “que has aprendido de esta experiencia”.
Gracias a esto he podido alzar mi mirada por encima de lo inmediato y darme cuenta de la deriva insensata, previa al naufragio de una presunta “comunidad satánica” en Internet. La dicha “comunidad”, además de ser contradictoria en términos, en cuanto el individuo es su propio Dios y responsable de si mismo, se entretiene difundiendo información errónea, en ocasiones, o robada, en muchos otros casos. Los fragmentos pueden encontrarse manipulados, sin referencia a obra y autor, sin posibilidades de enlazar a su sitio original, etc. Este tipo de material es abundante. Lo suficiente para dificultar incluso la búsqueda de material fiel a la idea originaria de Satanismo.
Tratemos de que personas estamos hablando. Será todo un lujo si la persona con la que tratas ha tenido en sus manos una copia con licencia de la Biblia Satánica, la ha leído y comprendido. Tengo multitud de casos de gente en grupos de presunto “satanismo” que no llegaron a cumplir con esa premisa. Desde luego cuando oí sostener que el Satanismo no es para todos, no pensé que llegaría a significar “es para gente capaz de leer un libro”.
En otra categoría entran aquellos que al leerla, descubren su “auténtico yo satánico” y cambian su nombre público, como lo describió el Magus en las Escrituras Satánicas, Damien Anton Manson Dragon Azathoth XIII. ¿Cúal es el punto de ese tipo de nombre? ¿Realmente su nombre ha sido maldito desde la infancia? ¿Creen que deben cambiarlo para preservar su identidad al entrar en el oscuro Satanismo? En cualquier caso, podrían ponerse uno a su gusto como Marilyn Monroe, que suene a nombre real. Quizás un nombre tomado de la ficción, o de la historia, que les sirva de homenaje. Si les ha funcionado esta patraña entre esas masas, es porque definitivamente no se han topado con un satanista. En mi caso, me parece risorio. No me produce el respeto que debe acompañar a un nombre. En mi caso uso mi nombre legal, y, por suerte, soy citado con suficiente respeto.
Y este hipotético individuo entra en un recurso de Internet, ¡o incluso crea el suyo propio! ¿Por qué no? ¿Él no es acaso un Dios? ¿Y con qué se encuentra? Lo que considera que son los suyos. Un montón de gente como él. Descubre incluso un cierto placer en el apilamiento, a pesar de que se “identifica” con el individualismo. Y es ahí en esos sitios donde se nutren de material sin licencia, copian los artículos de otros que tuvieron la valentía de crear contenidos originales y un circo de acciones en la dirección incorrecta.
Y este ya es un caso perdido. Cuando llega este, échate las manos a la cabeza. Como en el meme que una mujer pasea con un niño y este se convierte por él en el peor temor de ella. Cuando llega en este estado, suele esperar que admires hasta donde ha llegado. En especial si la idea de hacer algo en redes sociales fue suya. Ahora es un Maestro, un Sumo Sacerdote. Así que abres sus enlaces, compruebas el material y… ¡sorpresa! Eso no es Satanismo. La gran esperanza siniestra espera que tu bendigas su monumental obra. Se extraña que no le hagas venir a más personas, al ser ya alguien modernamente conocido, y te acuerdas que el Satanismo no hace proselitismo.
La historia sigue y sigue. Yo les dejo los nombres de obra y autor que ha tratado este tema antes que yo, aunque no olvido que ustedes también pueden reaccionar y decir lo que piensan. Os agradezco que hayáis llegado hasta el final, y se que muchos de los afectados no lo harán. Si quieren, todavía pueden cambiar a otro camino. Pero temo que, como con los que son de verdad satanistas, sea su naturaleza.